¡Por México y su pueblo todo!
El domingo 02 de junio del 2024, se desarrollará la próxima elección federal donde el pueblo de México elegirá al nuevo Presidente de la República y a los más de seiscientos nuevos miembros del Senado y la Cámara Baja, además de los 19,634 cargos de los Congresos Locales, Ayuntamientos, Juntas Municipales y Alcaldías.
Ahora, con una posición más definida del electorado tras un panorama inédito: por un lado, los candidatos de la bien llamada “Cuarta Transformación” y por otro, aquellos que todavía no se convencen de la oportunidad de oro que se presenta en todos los niveles, integrantes del “Frente Amplio por México”, otros partidos sin identidad y algunos independientes que puedan surgir en el camino.
Cuando los partidos aquellos de supuestas ideologías contrarias habían sido acérrimos rivales en una y otra contienda se han unido de nuevo para derrocar ésta vez según al partido en el poder, se puede concluir que en el terreno de juego ahora más que nunca no hay más que de dos colores.
Si anteriormente en la pugna por el poder, aparte del clásico partido opositor que no falta existía otro movimiento en contra aunque no aportara mucho, el día de hoy aparece menos por la sencilla razón de que en verdad no hay ningun otro contendiente sobre el ruedo porque o es el “pinto” o es el “colorado”.
Un buen gobierno, sin entrar en detalles solo lo prometen actualmente el Movimiento de Regenaración Nacional y los partidos aliados, porque lo han demostrado y tienen la intención, lo contrario de aquellos que no se suman y siguen defendiendo solo intereses particulares.
Si se tratara de un encuentro deportivo llevado a cabo con el espíritu del “juego limpio” se aplaudiría al final tanto al ganador como al perdedor, considerando que los dos equipos dispondrían de su mejor esfuerzo para regocijo del público, pero, acá en la política y en México sobre todo no sucede lo mismo o no ha sucedido algo parecido a través de la historia.
El partido que se mantuvo en el poder por siete décadas, sin una oposición seria, por la muy buena voluntad de algunos logró después de una incierta primera época grandes beneficios para la nación, pero, se estancó y se vino abajo cuando los intereses de la clase social pudiente se impusieron.
Siguió después un México sin rumbo, sin un buen proyecto en su segunda época oscura y de muy mal en peor durante los últimos tres sexenios, sin plan alguno que valiera, en contra de millones de mexicanos que nadie volteaba a ver.
Hasta la llegada de un político distinto, comprometido con las causas más nobles y con una idea de nación mejor definida: nuestro Presidente actual Andrés Manuel López Obrador, quien perseveró en el intento, se impuso en su momento en forma por demás inobjetable y ha podido establecer la diferencia con su enorme proyecto de la “Cuarta Transformación”.
En la próxima contienda electoral, por la continuidad del sistema.
Por la consolidación de Morena y partidos aliados.
¡Por México y su pueblo todo!. (SANBUS).